Este primero de mayo se celebra el 129 aniversario por el Día Internacional del Trabajo, recordando a los mártires de Chicago ejecutados en Estados Unidos. Fechas tan importantes como esta nos lleva a preguntarnos, cuánto se ha avanzado en lo a derechos laborales se refiere. Pues ya es más de un siglo donde el progreso tecnológico debió avanzar a la par con los derechos laborales, pero esto lamentablemente no se percibe, y más aún en un país como el Perú, donde vemos cada día a una clase trabajadora más débil, aunque fortalecida ahora ultimo debido a la última arremetida del sistema neoliberal, la ley Nº 30288.

En nuestro país, más del 70% de los empleados pertenecen al sector informal. Esto quiere decir que no cuentan con beneficios como seguro social, CTS, vacaciones, escolaridad, entre otros. Este alarmante dato, que por cierto es uno de los más altos en la región, nos lleva a pensar si el estado tiene o no el interés de ayudar a todos estos trabajadores; no con medidas absurdas, como la denominada “Ley Pulpín”, que no se ajustan para nada a la realidad, pues recordemos que en toda empresa se busca el máximo de utilidades y no el beneficio del trabajador. Es necesaria una nueva ley para el trabajador. Una ley que se ajuste a sus verdaderas necesidades, en la que se refleje ese tan mencionado “crecimiento económico” tanto en remuneraciones como en beneficios. Así mismo, donde también se refleje el progreso tecnológico, pues recordemos que la tecnología debe hacer que el trabajador labore menos y no volverlo en un desempleado más.

En cuanto a salarios se refiere, nuestra remuneración mínima vital también ocupa uno de los últimos lugares en relación a América Latina. Además dicho sueldo mínimo -fijado en S/.750.00 e inamovible de esta cifra desde enero del 2012- no alcanza para la canasta básica que cuesta aproximadamente S/.1500.00 según cifras del INEI. . Es, entonces, necesario preguntarse el porqué de la permanencia de este sueldo mínimo ahora que se habla de un “crecimiento económico” tan laureado por instituciones como el FMI o el BM. Podríamos responder esta interrogante recordando las declaraciones de la señora Nadine Heredia, pero esto no basta. Estos datos son sumamente preocupantes, ya que pareciera que los trabajadores no resultan beneficiados, y que como siempre solo unos cuantos privilegiados goza de dicho crecimiento.

Por último, es importante señalar la constante degradación que sufren los trabajadores. Los empleadores sobre todo en fiestas como “Halloween” y otros, obligan a los empleados a disfrazarse para asistir al centro de labor. Es en este comportamiento donde también se puede evidenciar una violencia de género totalmente descarada. Asimismo es importante señalar la violación a los derechos de laborales por parte de muchas empresas en las cuales no se permite formar sindicatos ni cualquier otra forma de representación legal de los trabajadores.

Es por todo esto que el día del trabajo no puede quedar como una fecha más del calendario, sino que debe reafirmar nuestro compromiso para reivindicar a dicha clase trabajadora de la cual formamos parte, exigiendo mejores sueldos, mayores beneficios, y una mayor equidad en cuanto a distribución de riqueza.